jueves, 23 de octubre de 2014

Serafin JELIEL , Dios que socorre



<Jeliel>, en sus escenarios de actuación, manifestará ese amor
primigenio, desinteresado, que nos lleva a ser útiles a los demás por encima
de todas las cosas. Nos lleva a situarlos allí donde el triunfo de sus
empresas quedará asegurado, y para ello recibimos la inspiración necesaria,
es decir la materia prima que <Jeliel> transporta y que es depositada por él
en la segunda de nuestras moradas, la que nos abastece en Amor-Sabiduría.
Si en nuestras alforjas se acumula esta valiosa esencia, podremos ser para
los demás un faro de luz que les indica dónde deben dirigirse para
satisfacer sus afanes humanos. Seremos su providencia y en nosotros
encontrarán su norte, y con nuestra intervención encontrarán un lugar
acogedor, en una tierra abundante.

Cuando reina <Jeliel>, el Amor/Sabiduría es el motor que nos
propulsa. En ese motor se encuentra oculta la voluntad, puesto que <Jeliel>
es una emanación de <Vehuiah>. Pero el amor es lo visible, es lo que nos
sirve de guía. En su programa, vemos que sirve para calmar las sediciones
populares, se trata de sediciones internas.
Cuando el pueblo formado por nuestros impulsos internos se
encuentra soliviantado, ocupando las calles de nuestra ciudadela anímica
para reivindicar mil y un asuntos, <Jeliel> aparece y lo calma. Nuestros
impulsos reciben de él esa gran tranquilidad que les hace ver claro que las
cosas pedidas serán obtenidas. <Jeliel> sabe que todo lo que está arriba
llegará un día a estar abajo, y hace que ese "estar abajo" se desarrolle en las
mejores condiciones posibles, en un ambiente favorable, lejos de toda
hostilidad. Y <Jeliel> restablece la calma porque destila una paz infinita,
que es atributo del supremo amor que hace que nuestros impulsos ya no
anhelen aquello que deseaban. Les invade un sentimiento de satisfacción en
el que nada desean, si no es estar en ese estado mágico en el que les ha
sumido la droga del amor.

Cuando la fuerza del amor entra en funciones, por ser la segunda en
la jerarquía de los valores eternos (la primera es la voluntad), todo lo demás
se supedita a ella y las primeras en someterse son las fuerzas negativas,
como lo es la injusticia. Por ello <Jeliel> da el triunfo sobre las situaciones
injustas, cuando vivimos sometidos a ellas. La muerte de lo injusto es la
consecuencia natural que nos trae el reino del amor.
Hochmah representa la mujer primordial, la que en la Biblia recibe el
nombre de AISA, soporte de la voluntad. De la unión de Kether y
Hochmah nacerá Binah y a través de ese centro sefirótico, toda la creación.
Kether y Hochmah son uno, Cristo lo repitió muchas veces a lo largo de su
ministerio. Por consiguiente, cuando <Jeliel>, representante de Hochmah,
actúa, unifica los dos aspectos internos de nuestra personalidad; nuestras
dos facetas, representadas por la Luna y el Sol, de modo que en su
programa vemos que restablece la paz entre los esposos y asegura la
fidelidad conyugal ya que, al haber alcanzado la unidad interna,
proyectaremos al exterior esa unidad y nos entenderemos a la perfección
con la persona que es la imagen exterior de la imagen que tenemos dentro.
Nos dice su programa que influencia sobre la generación de todos los
seres que existen en el reino animal. Es evidente que esa generación no se
haría sin la colaboración de la parte masculina, representada en lo
primordial por <Vehuiah>, y en la parte femenina por <Jeliel>. Y como
<Jeliel> los representa a los dos, puesto que no puede actuar si antes no lo
ha hecho <Vehuiah>, la aparición de esa fuerza significa fecundidad,
naturaleza fecunda de la que saldrán, en su momento, los seres que elijan
ese canal para su exteriorización.
<Jeliel> domina sobre los reyes y los príncipes, nos dice su
programa. En nuestro interior, Kether es el rey y Hochmah el príncipe y
como <Jeliel> los representa a ambos, en la vida exterior, también los rige.
La voluntad es soberana, es el rey y el amor, es la primera emanación, el
hijo del rey. Ambos son el punto de arranque de todo, de ahí vienen las
órdenes que serán ejecutadas por los servidores del rey-príncipe.
Los individuos influenciados por <Jeliel> tendrán un espíritu
juguetón y maneras agradables, dice el programa. <Jeliel> está muy arriba,
en Hochmah, y desde allí se contempla la vida como un juego prodigioso y
apasionante. Son personas, las influenciadas por este genio, que no viven
en la realidad material y por consiguiente los problemas, si es que los
tienen, no les afectan demasiado. Es difícil que lleguen a ser personas
conflictivas y los problemas que pudieran venirles de otros aspectos de su
tema astral serán fácilmente resueltos porque el mundo de arriba es el de
las soluciones. Su pasión por el sexo, señalada en el programa, será una
pasión por lo positivo y creador que hay en el sexo, por su calidad de
órgano de la alianza con Dios, gracias a cuya función la obra divina se
multiplica y expande, de modo que estos individuos podrían ser patriarcas,
creadores de una gran familia.

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