Para equilibrar pensamientos y tomar decisiones justas.
“¡OH, ángel Miguel! Guardián de las atalayas del Este.
Virtud del Equilibrio Divino.
Yo, … (decir nombre peticionario), demando
a tu virtud poderosa y angelical, que me infundas el poder
equilibrante de pensamientos, acciones y palabras justas.
Te pido a ti, Miguel, por tu nombre que nos pregunta
“Quien es como Dios?”,
me concedas el poder de dominar mis bajos instintos.
¡OH príncipe dominador del encadenamiento del adversario:
te pido me adiestres en el arte de dominar mis adversidades
que no al adversario, con el fin de ser el juez
de mis pasos rectos y justos.
Por el filo de tu espada camino,
guíame en mis empresas y decisiones.
Que así sea y así se cumpla.”
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