El nombre de esta virtud significa en hebreo "Favor de Dios" y es
uno de los siete Ángeles Superiores, en cuya energía de Amor se agrupan
los llamados "Ángeles Guardianes" que velan y guardan al Iniciado. Cuando
la virtud de Anael amanece en el ser humano este se siente partícipe de
una gran capacidad de Amor, rayando con la mística. Las personas así
"tocadas" se convierten en "radiadores" de esta misma Gracia de Dios hacia
todo lo que les rodea. Anael es uno de los Ángeles que se manifestó en la
cima del Puig Campana, donde colaboró en la redacción del A.D.A.M.A. y
también uno de los más de 60 que dictan el Libro de Samahel, así como un
largo texto (aún hoy día inédito) de despedida en la última década del siglo pasado.
Su energía vibra con el perfume de la rosa y con el color del
mismo nombre que esta flor. Iconográficamente se le representa como un niño níveamente vestido y
una rosa en sus manos, o bien con un joven de larga cabellera rubia vestido de verde el cual lleva en
su mano sostenido el sello que lo atrae. Este Ángel superior es invocado para todo lo concerniente al
Amor y sus múltiples aspectos, máxime cuando, a causa de su Amor, es también uno de los siete
"Ángeles de los siete días" gobernante simbólico del Viernes en el que se le suele invocar, y es
entonces cuando su energía vibra con la esmeralda. La luz blanca de Anael trae al caminante la
nobleza; más su opuesta, la luz negra de Lilith atrae la envidia y el odio.
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