Una
de las grandes diferencias entre nuestro mundo material y el mundo sutil de los
Ángeles es el sentido de la "obicuidad".
Aparentemente,
un Ángel puede estar en todos lados a la vez, pero realmente no es así. En la
dimensión de los Ángeles, el tamaño de su conciencia determina la dimensión que
ocupa en el espacio, el tamaño de su conciencia la define el grado de evolución
que tiene el Ángel. Por eso, un mismo Ángel puede atender la petición de un ser
humano en España al mismo tiempo que en México y no sólo eso, al mismo tiempo
está en presencia de Dios intercediendo por ambos. En este caso, no es que el
Ángel tenga la capacidad de estar en 3 sitios a la vez, sino que su conciencia
es tan grande, que abarca todo el espacio mencionado.
La
conciencia de un Ángel podríamos describirla como su Aura, dependiendo del
grado de evolución que tenga un Ángel será la luz que despida su Aura y el
tamaño que esta tenga. Por ejemplo, el Aura del Arcángel Miguel, abarca el
planeta entero, a nuestros ojos, "el puede estar en muchos lados al mismo
tiempo" en realidad, su sola presencia, abarca el mundo entero. Un Ángel
vive en su Aura, es decir, su conciencia está en todo el "espacio"
que cubre e interpenetra su aura. A pesar de que existan Ángeles con menor
grado de evolución, su luz puede abarcar muchos kilómetros.
En
el caso del ser humano, por nuestro grado de evolución, contamos con un cuerpo
físico al cuál debemos transportar si queremos llegar a algún sitio, en el caso
de los Ángeles es distinto, ya que ellos no tienen cuerpo físico, que
transportar, su luz abarca una gran extensión de espacio. Debemos tomar en
cuenta también que el concepto de "espacio" cambia en cuanto a
nuestra percepción, por ejemplo, si queremos contactar con un Ángel, por
ejemplo, el Ángel de los árboles, podremos hacerlo desde cualquier lugar, ya
que su luz, abarcará todo sitio donde existan árboles.
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