Para iluminar las sombras y noches oscuras.
“¡Oh, ángel Uriel! Guardián del atalaya del Sur. Irradiador de la
Luz Divina en el hombre.
Yo, … (decir nombre del peticionario),te ruego que
por el excelso poder de tu virtud ilumines mi sendero
e inflames mi corazón, con el fin
de caminar en tu compañía y transformarme
en antorcha divina, para guiarme y no perderme
ni perder o cegar a nadie que siga tras de mi.
¡OH, irradiación divina! Escucha mi ruego
y ven presto y veloz hasta mi interior,
pues un hijo de la Luz te necesita,
para que ilumines mis sombras, mis noches oscuras y confusas.
Elevo hasta tu morada de Luz mi oración, con la necesidad
y el deseo de que me alcances con tu Fuego Divino.
Que así sea.”
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